martes, 16 de junio de 2009

SWEDEN ROCK FESTIVAL 2009

3 – 6 de junio 2009. Solvesborg (Suecia)

Un año más, y ya van tres, hemos podido asistir a uno de los mayores eventos musicales del viejo continente, el SWEDEN ROCK FESTIVAL. En esta edición de 2009 el cartel me parecía inferior, que no malo, al de años pasados, sobre todo en lo que a los cabezas se refiere. Y la verdad es que creo que, tanto por esta circunstancia, como por las desapacibles condiciones climatológicas que hemos soportado con lluvia, frío y viento, el festival ha quedado bastante deslucido y menor en cuanto a calidad e intensidad que en 2008 y 2007. Y digo inferior, que no malo, ya que en el Sweden es prácticamente imposible no disfrutar de un puñado de buenas actuaciones, independientemente del estilo que más le tire a cada uno ya que, dentro del rock, están prácticamente todos representados.
A continuación desgranaré brevemente las impresiones que saqué de los shows que pude presenciar, sin profundizar demasiado en detalles y desde un punto de vista más de las sensaciones de un fan que del análisis más profundo y profesional. Evidentemente no pude ver muchos de los conciertos, de hecho me lo tomé con bastante calma y seguro que echaréis alguna referencia en falta, así que antes de que empecéis a atizarme tener en cuenta que las fotos están tomadas desde bastante distancia con una cámara digital normalita, que no apunté ni un set list, y que todo lo que se refleja en esta crónica parte directamente de mi memoria y de mi experiencia personal compartida con mis amigos y compañeros de viaje a los que desde aquí aprovecho para enviarles un fuerte abrazo.
Comenzó la fiesta el miércoles 3 de junio con un puñado de actuaciones en los tres escenarios menores del recinto, reservando los dos más grandes, el Festival Stage (35.000 personas) y el Rock Stage (25.000 personas), para los tres días siguientes. Como suele suceder año tras año, este primer día sirve más como toma de contacto con el terreno y para descubrir grupos menores que en algunos casos sorprende, como me sucedió con los sleazies hard rockeros Innocent Rosie de los que presencié buena parte de su actuación en el Zeppelin Stage agradándome mucho su actitud rockera y macarra no exenta de calidad. Otros que también me convencieron fueron los locales Covered Call, el nuevo proyecto del prolífico vocalista Thomas Vikstrom que ya me gustó en estudio con su primer y único disco hasta la fecha, y que en directo confirmaron esas buenas sensaciones, a pesar de algún que otro problema técnico, ofreciendo en el menor de los escenarios, la Carpa Gibson (2.000 personas), una hora de buen rock melódico elegante y directo en la que desgranaron buena parte de su disco y alguna perla como “Shine” que ya aparecía en el “Actual Size” de Mr. Big.
La actuación de Vikstrom y compañía sirvió para mejorar el sabor de boca que nos habían dejado anteriormente los ratos que soportamos de los gótico–industriales Deathstars que me parecieron una mala copia de Marylin Mason, y ya es decir, a los que apenas aguanté un par de temas, como me sucedió con las chicas de Hysterica que sin duda tienen más potencial en sus atractivos físicos que en su calidad musical que dejó bastante que desear, o con los más clásicos Torch que me aburrieron bastante aunque más correctos, sin ser nada del otro mundo y con una referencia clarísima a los Accept de Udo en su sonido.
Seguía avanzando la jornada sin demasiado lustre, con las visitas de rigor a las tiendas y puestos distribuidos por todo el recinto del festival, cada vez con más frío, afortunadamente aun no nos acompañaba la lluvia, y en esto nos encontramos con una de las actuaciones que más interés despertó entre los asistentes, sobre todo los locales, se trataba de los abanderados del viking metal Amon Amarth que a las nueve de la noche comenzaron a descargar su, en mi opinión, pesadísima y espesa música que sigue sin convencerme y que de hecho aguanté bastante poco rato dejando a un considerable número de aguerridos bárbaros que parecían disfrutar sobremanera con el show de estos hijos de Odín.
Otro para el que parece que los buenos tiempos ya quedan bastante lejos es para el ex vocalista de Iron Maiden y Wolfsbane Blaze Bayley, del que también presenciamos parte de su directo que me aburrió, no tanto por falta de calidad de los músicos que no eran malos, si no por lo lineal y espeso de sus temas, coronándolo con una muy pobre versión de “The Clansman” de Maiden.
Llegó el final de la jornada con uno de los grupos que tenía marcados en rojo en mi hoja de horarios, indispensable para seguir el festival, se trataba de los veteranísimos Uriah Heep que se plantaban en el Sweden Stage para cerrar el primer día de actuaciones presentando su nuevo trabajo “Wake The Sleeper” del que dieron buena cuenta, alternado sus temas con clásicos del grupo. El caso es que la temperatura que a esas horas, media noche, ya era muy baja y pareció contagiar tanto a músicos como a público, y el concierto de los británicos se me hizo monótono y aburrido, muy lejos de la enorme actuación que pudimos disfrutar en el Lorca Rock de hace unos años. Y así terminó el primer día del festival, sin grandes cosas que destacar, y buscando rápidamente refugio y abrigo en nuestro hotel.

El jueves cuatro se presentaba interesante, pero tampoco demasiado denso en cuanto a actuaciones, aunque eso sí, empezando tempranito con la descarga de los alemanes Rage que ofrecieron un tremendo e intenso concierto de hora y cuarto en el Rock Stage en el que disfrutamos de la clase y potencia de este trío que han acabado por convertirse en apuesta segura dentro de cualquier cartel. Con un Peavy como siempre simpático y cercano dando caña sin tregua con su bajo y su profunda voz, con un muy cumplidor Andre Hilgers a la batería que hizo que no echáramos de menos en exceso a Mike Terrana, y con un inmenso guitarrista como Victor Smolski que volvió a dar una clase magistral con su instrumento. El repertorio estuvo lleno de clásicos del grupo como “Don’t Fear The Winter”, “Down”, “Soundchaser”, “War Of Worlds”, “From The Cradle To The Grave”, “All I Want” o la coreada “Higher Than The Sky”, junto a otos temas más actuales de sus últimos trabajos “Speak Of The Dead” y “Craved In Stone”, completándolo con una parte intermedia de cuarto de hora más o menos en la que desgranaron parte de una composición clásica de Smolski en la que estuvieron acompañados por un sonido de orquesta enlatado que le dio un punto más de brillantez y empaque al poderoso sonido del grupo que fue magnífico en todo momento.
Empezó bien el día con una de las actuaciones que, a la postre, resultó ser una de las más destacadas del festival, al igual que lo sería un par de horas después la de los míticos rockeros sureños The Outlaws, que a pesar de la avanzada edad de alguno de sus miembros, se marcaron un concierto lleno de energía, calidad y buen rollo que supieron transmitir a un público que disfrutó mucho con sus temas alegres y pegadizos.
Bajó bastante el nivel a continuación con dos actuaciones que también teníamos marcadas para ver en el Zeppelin Stage, la de dos de los nombres destacados del hard rock melódico, por distintos motivos. Los primeros que me decepcionaron fueron los jóvenes H.E.A.T que me encantaron en su visita a Madrid abriendo para Edguy, pero que en esta ocasión sin hacerlo mal del todo, además jugando en casa con una ingente cantidad de entregados fans delante, no me llegaron tanto. Sobre todo por el pésimo estado de la voz del vocalista Kenny Leckremo que empezó correctamente con la inicial “Fill Your Head With Rock” hecha exclusivamente para el festival, pero que fue apagándose y llenándose de gallos según iba avanzando el show. El resto de la banda cumplió bastante bien, sobre todo los guitarristas Dave Dalone y Eric Rivers, y consiguieron que además de con sus instrumentos, con sus coros, maquillar un poco las deficiencias vocales de Kenny. El repertorio obviamente estuvo basado en los temas de su única y fenomenal obra hasta la fecha, destacando “Bring The Stars” que no tocaron en Madrid, “Keep On Dreaming”, “Straight For Your Heart” y la más cañera “Never Let Go”. Esperemos verles en mejores condiciones.
Y casi sin descanso, a continuación, le tocaba el turno a la banda de Danny Vaughn, porque llamar Tyketto a lo que lleva en directo actualmente el vocalista norteamericano me parece un poco excesivo. Danny sigue estando en un tremendo estado vocal, no ha perdido nada de feelin’ y calidad, pero el resto de la banda está muy por debajo de él y de los Tyketto originales, salvo lógicamente el batería Michael Clayton que sigue acompañando a Vaughn en la banda. Sobre todo me sorprendió negativamente la baja calidad del guitarrista PJ Zitarosa a años luz del gran Brooke St. James, muy sucio y para nada elegante como sí lo es el titular original, además el sonido en general estaba como amortiguado por el teclista que ahora llevan en directo que me sobró bastante y le restó fuerza a los temas. Temas que evidentemente fueron cayendo extraídos de los dos primeros trabajos del grupo, siendo los más coreados y mejor recibidos “Wings”, “Burning Down Inside”, “Strength In Numbers”, y por supuesto el himno “Forever Youg” que puso el punto final con la concurrencia botando y coreando. Antes hubo momentos más relajados y acústicos con la emotiva “Standing Alone” o con las más movidas “Last Sunset” y “Sail Away”, que sonaron mejor pero quedaron algo aburridas. Visto lo visto, creo que Danny Vaughn debería seguir con su carrera en solitario y aparcar definitivamente a Tyketto, a no ser que vuelva a reunirse el cuarteto fundador.
Después de estas dos actuaciones más flojas, cervecita para pasar el trago, y nos encontramos de camino al Festival Stage con la actuación en el Rock Stage de los folkies americano irlandeses Flogging Molly que despertaron un enorme interés congregando a muchísimos curiosos con su música alegre y bailable que me recordó a Gwendall pero con menos calidad, o incluso a los pucelanos Celtas Cortos.
Al tercer tema seguimos el camino y dejamos a los fans bailando y coreando, para coger buen sitio y presenciar uno de los shows más esperados del festival, el de los tejanos ZZ Top que se presentaban con su inconfundible y personalísimo estilo en el escenario principal, tocados con sus sombreros y con un sencillo pero bonito y resultón escenario destacando los pies de micro luminosos del guitarrista Billy Gibbons y del bajista Dusty Hill, y la tuneada batería de Frank Beard. La actuación comenzó en una primera parte un tanto fría y algo densa orientada a los fans más acérrimos y bluseros del grupo, con temas a medio tiempo y menos conocidos como “Cat Fish Blues” o “Jesus Left Chicago”, pero todo cambió a partir de una fenomenal interpretación del clásico “Foxy Lady” de Hendrix en la que Gibbons llenó de pasión el tema con su voz. Tras esto prácticamente asistimos a un greatest hits live lleno de temas divertidos, directos, vacilones e impecablemente interpretados con un sonido casi perfecto, turnándose en la voz Gibbons y Hill, el primero en un registro más ronco y el segundo más limpio y melódico. Puntos fuertes evidentemente fueron “Gime All Your Lovin’” con el vacilón vaivén a modo de coreografía que se marcan los barbudos, “Tush” que me encantó con su rollo sureño y aguardentoso para cerrar, “Cheap Sunglasses” divertida como pocas que ya sonó antes para ir calentando, y por supuesto la tremenda “La Grange” que sonó de escándalo y nos hizo menearnos sin remedio, como la genial “Legs” que fue el colofón a un concierto que fue ganando y creciendo en intensidad y calidad dejándonos un gran recuerdo.
Prácticamente sin tregua, a recorrer los quinientos metros que aproximadamente separaban el Festival Stage del Sweden Stage para asistir a la cita que más ilusión e incertidumbre me despertaba de todo el festival. Y es que Over The Rainbow a día de hoy y, por desgracia creo que para siempre, es lo más parecido que vamos a poder ver al mito Rainbow que labró Ritchie Blackmore y que ahora a modo un poco de homenaje, y otro poco de reivindicación, recuperan bajo esta nueva denominación unos cuantos ex del grupo del Arco Iris junto al hijo del propio Blackmore haciéndose cargo de la guitarra de su padre. Un Jurgen Blackmore que técnicamente me pareció bastante bueno, pero demasiado estático y algo falto del feelin’ que transmitía su progenitor en directo, encima no salió con la Fender si no con una Jackson o similar. Un carisma que sí desplegó en buena medida Joe Lynn Turner al que noté sufriendo un tanto con los temas de Dio y con alguno de Graham Bonett, haciéndolo muy bien con los que grabó él originalmente y con un punto quizá excesivo de “felicidad” dándole buenos lingotazos a una botella de vino que tenía al pie de la batería de Bobby Rondinelli. Hablando del aporreador, decir que mostró su clase y pegada ejecutando su labor con dinamismo y categoría, al igual que el bajista Greg Smith que además apoyó muy bien a Turner en los coros, y que el tecllista Paul Morris que entró a última hora sustituyendo a Tony Carey que no pudo actuar por un problema de salud. ¿Y del repertorio qué?, pues sencillamente glorioso, clásico tras clásico, desde la inicial “Tarot Woman” en la que echamos un poco de menos a Dio, pasando por la deliciosa “Street Of Dreams”, la tremenda “Kill The King”, la cara B “Jelous Lover” en la que se salió el teclista Morris, al igual que en las indispensables “I Surrender” y “Stargazer” que me pusieron los pelos de punta. Se completó el set, hablo de memoria y espero no dejarme ninguna, con la mística “Ariel”, “Death Alley Driver” que fue de las que más me gustó, como la divertida “Can´t Happen Here”, la rockanrolera “Man On The Silver Mountain” y la épica “Eyes Of The World”, dejando para el final las fiesteras y coreadas “All Night Long” y “Since You Been Gone”, y el inevitable himno “Long Live Rock’n’Roll”. En definitiva hora y media de lujo musical, en la que evidentemente echamos de menos algún tema (“Spotlight Kid”, “Power”, “Magic”, “Rainbow Eyes”, “Starstrcuk”...) y sobre todo al creador de la criatura, Mr. Blackmore, que fue bien sucedido por su vástago, pero no es lo mismo. En cualquier caso creo que los seguidores de Rainbow podemos seguir disfrutando de su legado muy dignamente con este nuevo proyecto, si tenéis ocasión de verles os recomiendo que no la desaprovechéis.
Tras mojarnos un rato con la lluvia que cayó en algunas fases del concierto anterior, escampó para dejar paso a la actuación que cerraba el día, de nuevo con un frío considerable, y esperando ver si Twisted Sister conseguían convencerme más que la última vez que les vi en Lorca. El show de Dee Sneider y compañía venía anunciado con el aliciente de celebrar el vigésimo quinto aniversario de su disco más exitoso “Stay Hungry” que interpretaron íntegramente y en su mismo orden, para cerrar la actuación con algún clásico más de otros discos del grupo como “You Can’t Stop Rock’n’Roll”, “Under The Blade” o “Come Out And Play”. Una vez más el frío y el cansancio pudieron conmigo y me retiré tras los seis o siete primeros temas de “Stay Hungry” que no me dijeron gran cosa mostrando las carencias técnicas de los músicos y el gran carisma de Sneider, rematado por un pesado solo de batería de A.J. Pero, así que decidí volver al hotel para descansar y calentarme. Luego me contaron que la cosa se animó y mejoró bastante sobre todo con la presencia de Lemmy y de Phil Campbell haciendo junto a Twisted Sister una buena versión del “It’s Only Rock’n’Roll” de los Rolling Stones. Lo dejaremos para otra ocasión si coincidimos en mejores condiciones.

El viernes cinco, tercer día del festival, se presentaba más o menos igual de interesante en lo que al número de nombres atrayentes respecto a la jornada anterior. De nuevo empezamos temprano, a las doce del medio día para enfrentarnos con una de esas curiosidades prácticamente sólo presenciables en el Sweden, se trataba de la actuación de la friki banda canadiense Thor. Lo primero que llamaba la atención al ver al grupo en escena era la imagen de su vocalista alejada de la que solía mostrar hace años en plan vikingo total, para dar paso a una especie imagen futurista, pero bastante cutre, como de una especie de luchador de wrestling o de lucha mejicana, con una coraza a lo tortuga ninja para disimular su castigado cuerpo lejos del esplendor culturista de antaño, colocándose infinidad de máscaras tanto de este tipo de espectáculo mejicano, como de Depredador, antigás, de alienígenas, e incluso canto un tema con una sabana por encima de la cabeza a modo de burka, todo ello como digo bastante cutre e hilarante, que realmente es como había que tomarse la actuación de este individuo y sus secuaces, con humor. Y el caso es que en lo puramente musical sonó bastante bien, con su rollo heavy underground cercano a los primeros Manowar, y sobre todo con el guitarrista californiano Steve Price que tuvo una labor bastante limpia y efectiva. El batería y el bajista que completaban la formación cumplieron sin desentonar, salvo en los coros del joven bajista bastante fuera de tono en ocasiones. El repertorio me gustó, teniendo en cuenta lo poco que conozco de la discografía del grupo, incidiendo especialmente en su álbum más conocido “Only The Strong” del que cayeron las directas y coreadas “Knock ‘em Down”, “Let The Blood Run Red”, “Rock The City” o la reclamada “Thunder In The Tundra”. Entre medias de todo esto mucho parlamento lleno de motivación metalera, bizarro a más no poder, llegando al climax cuando al amigo Thor le dio por doblar una barra de acero, o por hacer una representación absolutamente lamentable de una lucha con su archienemigo Loki con un disfraz que no podía ser más cutre, o por liarse a mazazos con un bloque de hormigón en mitad del escenario. En fin, como anécdota y rato divertido estuvo bien y difícilmente se nos olvidará, ahora si se lo toma uno en serio...
Y a todo esto se puso a jarrear agua y prácticamente no dejó en todo el día en distintas fases. Algo que visto lo visto no le vino nada bien al orondo Jon Oliva, que con su proyecto actual, Jon Oliva’s Pain actuaba a continuación en el escenario principal. Empezó bien, con un gran sonido y desplegando su carisma y clase, con temas como “Sirens” que sigue encantándome de su época de Savatage, y que formaron el grueso del set salpicados con alguno propio de su actual banda. Pero a medida que iba avanzando el concierto la voz de Jon Oliva empezó a resentirse y desgraciadamente al final acabó prácticamente gritando sin mucho tino, a pesar de los esfuerzos sobre todo del segundo teclista que metió buenas voces a lo largo de toda la actuación.El remate me lo dio una muy desafortunada ejecución de la maravillosa “Gutter Ballet” que se cargaron, mejorando en otras como la entrañable “Tonight He Grins Again” dedicada a su hermano Chris, o en la indispensable “The Hall Of The Mountain King”. Una pena porque los músicos y los temas tienen calidad y potencial más que sobrado para haber completado un show mucho mejor.
Prácticamente nada más terminar la banda del ex Savatage, la lluvia nos dio una tregua y el sol ayudó a secarnos un poco y a entrar en calor para asistir a la buena actuación de unos clásicos del rock sinfónico como son los británicos Marillion. Tenía mis dudas de a que Marrillion me iba a encontrar, más aun en un festival que no es precisamente el entorno que considero más adecuado para este tipo de bandas. Y creo que triunfaron y supieron plantear un show divertido y asequible, sin dejar de lado por su puesto su tremenda calidad y los desarrollos más profundos e intrincados que tanto gustan a sus seguidores más acérrimos. La cosa empezó muy bien con “The Uninvited Guest” de su buenísimo “Seasons End” que supuso la entrada en el grupo de Steve Hogarth sustituyendo al inimitable Fish, y que ya lleva veinte años en la banda. Un Hogarth que se movió bastante bien llegando a la gente, y además de cantando más que correctamente acompañando con diversos instrumentos de percusión (maracas, panderetas) y con un curioso instrumento en forma de pala de cricket que era una especie de caja de ritmos y efectos. El resto de la banda como siempre mostraron su nivelazo instrumental, sobre todo me gustó mucho Steve Rothery por su elegancia y fuerza con su inconfundible sonido de guitarra, sin quedarse atrás el teclista Mark Kelly, el sobrio y contundente batería Ian Mosley, ni el activo bajista Pete Trewavas que además apoyó mucho con los coros. Fueron mezclando temas más actuales y rebuscados de la banda, con otros más añejos y, para mi con más encanto, como fueron la preciosa “Cover My Eyes”, y sobre todo la sorprendente “Hooks In You” puro hard rock fiestero que no creí que podría ver en directo y de la que me encantó disfrutar como al resto de los presentes a la vista de su entusiasta reacción. Buen concierto, con mucha calidad y con más llegada a la gente de lo que yo esperaba.
Entre nubes y claros, chaparrones y rayos de sol incipientes, llegó otro de los momentos marcados para los fans de hard rock melódico ochentero, el regreso a los escenarios europeos de una de las reinas del estilo, Lita Ford. Y ciertamente creo que la señora Ford vive más de la leyenda como mito sexual de antaño, conservándose bastante bien físicamente aun notado en su rostro el paso del tiempo, que de la calidad musical que atesora que, por lo menos en esta ocasión, no demostró demasiada. En buena parte creo que lo flojo de su actuación se debió al excesivo protagonismo que tomó el teclista Michael T. Ross que le restó fuerza y empaque a la labor tanto vocal como a la guitarra de Lita. Por su parte el bajista y el batería Stet Howland que completaban la formación tampoco es que fueran excesivamente buenos, vaya me parecieron bastante justitos. Y en cuanto al repertorio pues como era de esperar repaso a modo de grandes éxitos de los temas más conocidos de la americana, como “Blueberry” tocada con una gorra de policía que no le favorecía en exceso, “Black Widow”, o “Falling In And Out Of Love” que fue la más me convenció, junto con la inevitable “Kiss Me Deadly” y la balada “Close My Eyes Forever”. Entre medias colocó un tema nuevo que aparecerá en el próximo disco de Lita el próximo otoño, que no desentonó pero tampoco me llamo mucho la atención. Esperaremos a ver que tal suena ese nuevo disco, seguro que mejor que esta vez en directo.
Tras este pequeño chasco, llegó un momento especial para algunos de los españoles presentes en la cita escandinava. Era la primera vez que un grupo patrio actuaba en el festival, al final fueron dos este año, además de Lujuria que son quienes nos ocupan, también actuaron los tinerfeños Soundchaser que lo hicieron en la carpa exterior del restaurante del recinto y por las referencias que tenemos de gente que les vio lo hicieron bastante bien en una onda cercana a Rage o Metallica. Pero a lo que vamos, Oscar y los suyos aparecieron en escena con una energía y unas ganas arrolladoras, hablando en inglés y en español para una audiencia que desafortunadamente para los segovianos fue bastante escasa, con un par de decenas de compatriotas dándolo todo en primera fila y con algún que otro guiri despistado que parecía disfrutar de la fiesta alternando con el Guitar Hero de Metallica con el que compartían carpa. En cuanto al repertorio lo abrieron basándose en su última obra “Licantrofilia” de la cual escogieron precisamente el tema título para abrir fuego, seguida de “Cuerpo De Mujer” y de “Cae La Máscara”, sonando bastante bien, y adornadas como siempre de los comentarios de Oscar. Un Oscar que creo humildemente que se metió en algún pequeño jardín con su ofensivos comentarios, al gobierno israelí, por muy merecido que lo tuviera por su actitud hacia Palestina, o cuando poco menos que rechazó una bandera española alegando que prefería la republicana tricolor, unas referencia políticas en un festival que no se caracteriza precisamente por este tipo de actitudes y en el que conviven sin ningún problema gente de todas las ideologías, además no creo que los que no fueran españoles entendieran estos comentarios, más aun si se pretende dar una imagen de unidad y defensa del rock nacional. Detalles más anecdóticos que otra cosa aparte, el grupo siguió dando caña hasta agotar los tres cuartos de hora de que dispusieron para cerrar con una versión de “Doctor, Doctor” de UFO que “curiosamente” estaban descargando en ese momento el Sweden Stage. No se si Lujuria habrán ganado algún fan con su actuación en Suecia, lo que no tengo ninguna duda es que pusieron todo lo que tenían y más para conseguirlo, desde luego por fuerza, ganas y energía no quedó.
Como decía se solaparon las actuaciones de Lujuria y de los míticos UFO que volvieron a mostrarse como el grupazo que son ofreciéndonos un conciertazo lleno de rollo, feelin’ y clase. Eché en falta al gran Pete Way en el bajo, no está para muchos trotes su hígado y ha tenido que ser sustituido recientemente por Rob DeLuca que cumplió perfectamente su labor en directo. ¡Qué decir a estas alturas del mago de la guitarra Vinnie Moore! derrochó clase y fuerza, junto al pluriempleado Paul Raymond en las teclas y la guitarra rítmica y al cumplidor batería Andy Parker que regresó al grupo tras la salida de Jason Bonham. Dejo para el final a Phil Mog, a este se las hemos visto de todos los colores, días de salir con unas borracheras indecentes y no poder cantar apenas, hasta otros en los que derrocha buen humor, calidad y feelin como pocos. Por fortuna en esta caso salió cara y vimos la segunda versión de este vocalista que hace suyos los temas y que además gastó un par de buenas bromas a cerca de su reciente descubrimiento del agua como bebida y de su olvido a la hora de ponerse los calcetines. Con estos ingredientes la cosa salió realmente bien, mezclando temas recientes como la inicial “Mother Mary” o “This Kids”, con clásicos maravillosos como “Only You Can Rock Me” o “Too Hot To Handle” que nos puso a todos a botar, la preciosa “Love To Love” que sigue encantándome en directo, la cañera “Lights Out” en la que se salió Vinny Moore, como en esa virguería hecho tema que es “Rock Bottom” que atrajo incluso de nuevo a la lluvia que empezó a caer con tal violencia que nos obligó a refugiarnos mientras escuchábamos a lo lejos como la banda terminaba el show con la inevitable “Doctor, Doctor” y la genial “Shoot Shoot”. Un final pasado por agua que no deslució en absoluto otra gran actuación.
Afortunadamente tras el chaparrón el sol volvió para presenciar la que fue en mi opinión una de las dos mejores actuaciones del festival, la de los míticos Foreigner. Tras las referencias que tenía de amigos que ya los habían visto recientemente, y de los últimos DVDs registrados por la banda, parecía una apuesta segura, y a fe que lo fue. Sonido perfecto, potente, actitud inmejorable, y un set lleno de hits, hicieron que disfrutáramos de un tremendo concierto que nos dejó con la sonrisa en la boca desde el inicio con “Double Vision”, hasta el final con “Hot Bloded”, pasando por momentos memorables como “Cold As Ice”, “Dirty White Boy” súper rockera, la entrañable “Starrider” en la que el multiinstrumentista Scott Gilman se hizo cargo de la flauta y la guitarra rítmica para dejar el protagonismo vocal a Mick Jones que se puso al teclado para que descansara un poco Kelly Hansen que se lo dejó todo desde el inicio y continuó haciéndolo hasta el final junto a un hiper activo Jeff Pilson que forma una solidísima base rítmica con el espectacular y poderoso batería Brian Tichy, perfecta para sujetar las melodías que salían de las guitarras, teclados tanto de Jones como del brillante Michael Bluestein solo incluido, y de unos tremendos coros sin descanso. “Feels Like The First Time” supuso un pequeño puente para llegar a una extasiante “Urgent” en la que Gilman mostró su clase y pericia con el saxo dejando a más de uno con la boca abierta. La recta final antes de los bises no pudo ser más brillante, con una fantástica “Juke Box Hero” precedida de unos breves solos y mezclada en su parte central con un fragmento de “Whole Lotta Love” de los Zeppelin, y con la menos conocida “Long, Long Way From Home”, de nuevo con el saxo en escena. Para los bises otras dos joyitas, “I Want To Know What Love Is” llena de sentimiento coreada voz en grito prácticamente en su integridad, algo normal tratándose de uno de los temas más conocidos del rock de la historia, cierre definitivo lleno de garra y diversión con “Hot Blooded”. Inmensos Foreigner.
Con la actuación de Foreigner y en vista del frío y el agua que volvíamos a soportar, y de que ninguna de las actuaciones que restaban por desarrollarse nos motivaba en exceso, decidimos dar por concluida nuestra presencia hasta el día siguiente y fuimos a recuperar fuerzas para una última jornada que se presentaba ciertamente interesante.

De nuevo, como sucedió en días anteriores, las actuaciones más tempranas supusieron unas gratas sorpresas, además por fin el tiempo acompañaba y lucía el sol, así que, tocaba dejarse el resto desde el inicio. Empezamos a disfrutar con la descarga del ex vocalista de Judas Priest, Tim Ripper Owens y su banda, pedazo de formación por cierto con Chris Caffery (Savatage) a la guitarra, Simon Wright (AC/DC) a la batería y Dave Ellefson (Megadeth) al bajo. Ripper presentó varios temas de lo que será su próxima entrega en solitario, recordando alguno como “Save Me” o “Scream Machine” de su anterior proyecto Beyond Fear, y por supuesto ejecutando con brillantez clásicos de Judas como la propia “The Ripper”, “Burn In Hell”, “One On One” en la que se lucieron todos los instrumentistas con breves solos a modo de presentación, cerrando por todo lo alto que esa maravilla hecha canción que es “The Green Manalishi”. Colofón magnífico para una muy buena actuación de una de las grandes voces del heavy metal actual, además muy bien acompañado.
Después de la descarga de energía y adrenalina de Ripper y Cia. llegaba otro de esos momentos especiales e inquietantes del festival. Se trataba de la actuación en el escenario principal del virtuoso guitarrista norteamericano Impelliteri y su banda, algo prácticamente improbable de presenciar fuera de Estados Unidos o Japón, pero que el Sweden fue capaz de lograr. Además de la calidad y clase de Chris Impellitteri otro de los reclamos principales de esta cita era la presencia de vuelta en la banda del vocalista Rob Rock. Un cantante que siempre está en límite, con la voz arriba y un pelín estridente, y que tenía ganas de comprobar en directo que tal llegaría a esos tonos casi imposibles, y la verdad es que me convenció bastante, había veces que estaba al borde del gallo, pero no, siempre salía airoso de sus exigentes registros. A todo ello ayudó también el magnífico sonido que disfrutamos, y el variado y completo set que nos ofrecieron, basado en buena parte en su último trabajo “Wicked Maiden” del que cayeron además del tema título la tremenda “Garden Of Eden” que me gustó mucho y otro par de ellas que no desentonaron. Antes abrieron fuego con la instrumental “The King Is Rising”, algo arriesgado que sirvió prácticamente como introducción para acelerar con fiereza y ofrecernos un pelotazo como “Speed Demon” en el que empezaron a convencer al personal, un tanto escéptico al principio. Fueron cayendo temas de prácticamente todos los discos de Impelliteri, salvo del grandioso “Stand In Line”, algo que me defraudó un poco, y del menos llamativo “Grin And Bear It”, llamándome especialmente la atención la histriónica “Victim Of The System”, arrolladora, y por supuesto la clásica absoluta “Warrior” con la que se despidieron. Buen concierto y gran nivel de los músicos.
Transcurría el día con bastante placidez y con un listón que se colocó muy alto desde su inicio, pero aun quedaba lo mejor de la jornada, y del festival. Lo primero que nos llenó de feelin’ y buen rollo fue la actuación de lo legendarios Blackfoot. Cualquiera que tenga un mínimo de buen gusto debería conocer y disfrutar del arte de estos veteranos de Jacksonville que mezclan el rock sureño, el blues y el rock melódico como pocos. A pesar de los múltiples cambios de formación sufridos por la banda, la actual es más que competente y significativa, con la presencia del indio Greg T. Walker al bajo y del guitarrista Charlie Hargrett como miembros más legendarios, acompañados por el batería Scott Graig y por el enorme Bobby Barth a la voz y la guitarra que fue una de las sorpresas más gratas de todo el festival. Evidentemente se echó de menos en algunos momentos a Rick Medlocke con su punto más rudo y seco, pero Barth lo hizo perfectamente, aunque nos dejaron sin disfrutar de la joya “Send Me An Angel”. Pero el repertorio fue de lo más divertido, variado y directo, con bastantes referencias al inmenso directo del ’82 “Highway Song Live”, del que cayeron algunas como la inicial y apropiada “Good Morning”, sucedida por la tremenda versión de “Wishing Well” de los Free que me encantó, para entrar a continuación en una parte más relajada y blues, con solo de slide guitar incluido a cargo de Bobby. Recuperaron el pulso con pelotazos como “Great Spirit”, “Born To Lose” o “Rollin’ And Tumblin’”, cerrando magistralmente con la vacilona y coreada “Fly Away”, con la entrañable “Highway Song” que alargaron dando una clase de sentimiento y buen hacer instrumental, para despedirse definitivamente con la divertida y potente “Train, Train”. Buenísima actuación que confirma a Blackfoot como una referencia absoluta dentro del festival.
La verdad es que el sábado fue frenético, prácticamente un no parar, y después del conciertón de Blackfoot, tocaba comprobar en directo el nivel de los actuales Journey. Y sólo se me ocurre una palabra para definirlo, Inmenso, no creí que se pudiera superar el show de Foreigner del día anterior, pero los de San Francisco sencillamente lo bordaron. Sonido perfecto, set casi inmejorable, actitud e implicación totales, y el pedazo de descubrimiento del filipino Arnel Pineda como idóneo frontman de la banda, no solo por su voz un calco prácticamente de la del añorado Steve Perry, si no también por la energía y movimiento que desarrolla en escena, revitalizando bastante al grupo. Desde el principio con “Never Walk Away” de su último trabajo “Revelation”, aquello tenía pinta de ser algo grande, muy grande, y así, fue. Con un repertorio plagado de clásicos llenos de calidad, fiesteros, sentidos, rockeros en gran medida, bien acompañados por algún tema más de los nuevos como “Change For The Better” la cosa no pudo ser más divertida ni con más nivel. Así de memoria fueron cayendo “Stone In Love”, “Ask The Lonely” (dios como me gustó), “Be Good To Yourself” (qué ganas tenía de escucharla en directo), “Faithfully” (sentimiento enorme, y Arnel tremendo), “Wheel In The Sky”, “Lights”, “Only The Young”, “Separate Ways” (una de las mejores canciones de la historia nunca está de más), “Don’t Stop Believin’” (increíble) hasta llegar al cierre con la fiesta total de “Any Way You Want It” que puso el atestado recinto del escenario principal patas arriba, para despedirse definitivamente con la entrañable “Lovin’, Touchin’ Squeezin’”. Seguro que me dejo alguna en el tintero, pero vamos, creo que como muestra no está mal, y tampoco voy a profundizar mucho en el nivelazo de los músicos, sencillamente soberbios. Por mi ya se podía haber terminado el festival, ya estoy deseando verles otra vez.
Y prácticamente se acabó el festival, aunque hubo algunos buenos ratos aun por disfrutar. No fue el caso con los reyes del metal progresivo Dream Theater, que se marcaron el concierto más soso, espeso y con peor sonido que les recuerdo, no les aguanté ni media hora, muy, muy pesados. Por otra parte nos vino bien para descansar, dar una vuelta, ver como la decepción futbolera llegaba a los suecos tras perder en casa con Dinamarca y decir prácticamente adiós al mundial 2010, y cargar las pilas para el último concierto completo al que asistiríamos.
Tenía bastante curiosidad por ver como estaba el nivel de popularidad de Europe en su país, ya sabemos por experiencia propia en España que los grandes mitos también acaban siendo los más repudiados y que el tiempo no perdona. Pero evidentemente la cultura escandinava es muy distinta a la nuestra, y Joey Tempest, John Norum, Ian Haugland, John Leven y Mic Michaeli, siguen teniendo el respeto y admiración de sus paisanos, y así se demostró. Y eso que la cosa empezó bastante fría con temas nuevos como “Last Look At Eden” y “Love Is Not The Enemy”, pero ya con “Supertitious” empezamos a entrar en calor, con un gran sonido de teclas de Michaeli, que servía de fondo a un enérgico y apasionado Tempest, bien acompañado como siempre por los coros del bajista John Leven y de un desmejorado en su aspecto John Norum que tocó realmente bien su gibson. Entramos en una fase bastante cañera con “Scream Of Anger”, “Always The Pretenders”, “Seven Doors Hotel” y “Sings Of The Times”, para llegar al momento tierno con “Carrie”, perfecto para echarse un cigarrito, y volver a menearnos prácticamente sin tregua hasta el final con “Let The Good Times Rock”, “Start From The Dark” (cada vez me gusta más este tema), “Ready Or Not” o “Rock The Night”. Bises para “Gonna Get Ready”, “Cherokee” que no pensaba que fuera tan grande en Suecia viendo la reacción del personal, y por supuesto para la indispensable “The Final Countdown” que puso el broche a una entretenida dosis de hard rock melódico, cada vez menos comercial y cada vez más rockero y cañero.
Para dar carpetazo definitivo al festival se repetía la historia de hace dos años con la actuación de los míticos Heaven And Hell. Y desgraciadamente se repitió la historia en todos sus extremos, concierto espeso, lento, sin brillo, sin fuerza, y además con un sonido muy alejado del que se le debería exigir a una formación de esta experiencia. Nada más ver como arrancaron con unas pobres interpretaciones de dos clásicos como “Mob Rules” y “Children Of The Sea”, decidimos dejar de prestarles atención y nos dirigimos hacia el coche mientras escuchábamos por el camino que la cosa no mejoraba demasiado con “I”, “Bible Black” y “Time Machine”, confirmándonos posteriormente gente que sí se quedó hasta el final, que la historia no mejoró excesivamente, a pesar de terminar con las mega clásicas “Die Young”, “Heaven And Hell” y “Neon Knights”. En fin, una pena, y eso que el nuevo disco de Heaven And Hell me ha gustado bastante, va a ser cuestión de ahorrarse la entrada y disfrutarlos en casita. En el Gods Of Metal de Milán les daré la última oportunidad, a ver si me cierran la boca.

Y así terminó la historia, a modo de resumen estas son las sensaciones que me dejaron las actuaciones del Sweden Rock 2009:

Lo Mejor: Journey, Foreigner, Over The Rainbow, Blackfoot, Rage, UFO, Impellitteri, ZZ Top.

Las Sorpresas: The Outlaws, Covered Call, Innocent Rosie, Marillion, Tim Ripper Owens.

Las Decepciones: Lita Ford, Dream Theater, Heaven And Hell, Jon Oliva’s Pain, H.E.A.T, Tyketto, Uriah Heep.

Lo Que Me Perdí: Bullet, Riot, Neal Morse, Kamelot, Motorhead, Tank, Crucified Barbara.

Fuera de Categoría, Lo más Bizarro: Thor

¿Hasta el año que viene?
Mariano Palomo

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