jueves, 1 de julio de 2010

KISS

22 de junio 2010. Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid

El Beso visitó España. Y no fue un beso más. No fue ni el agridulce beso de judas, ni el de la española, que (a veces, dicen) besa de verdad. Fue el beso americano. El que Kiss nos dieron en los labios en una noche mágica, llena de luces, colores, pirotecnia y un montón de auténtico Rock´n´Roll.
El palacio de los deportes estaba a rebosar. No había ninguna entrada disponible y los Kissmaníacos que se habían quedado sin ella, no podían conseguirla buscando reventa, pues ninguno de los allí presentes estaba dispuesto a perder esta ocasión de ver al Beso a cambio de unos miserables billetes.
Qué bien hicieron en no vender sus localidades, pues el espectáculo más grande del mundo aguardaba para que nuestros pecadores ojos diesen buena cuenta de ello y algunos, como un servidor pudiésemos relatar lo acontecido para todos vosotros…
Las colas para esperar no fueron excesivas, pues una buena organización lo tuvo todo excelentemente dispuesto para que las huestes de Simmons y Stanley se lucieran desde principio a fin del evento.
Telonazo de fondo con el logo de Kiss y buena música para esperar. Nervios... Todo apunta a que vamos a ver un trocito de historia del Rock… Hay una voz de megafonía que nos avisa de que algo muy grande va a ocurrir y mientras las luces se apagan, las pantallas se encienden y vemos a los cuatro brujos americanos, desde los camerinos comenzar el ritual que durante más de dos horas nos llevará hasta las mismísimas puertas del infierno.
Cae el telón y una plataforma volante está elevando a nuestros héroes al ritmo de “Modern Day Delilah”. Los fuegos, las explosiones y el espectáculo han comenzado. “Cold Gin”, será el siguiente tema en caer, con un público todavía demasiado frío y una banda algo nerviosa. Intentando agradar y para ello hablando y haciendo chistes en un más que curioso “mejicano”. El detalle de la banda está muy bien y la gente inteligente agradeció los esfuerzos de Paul por comunicarse con nosotros en castellano, pero algún más avispado Road Manager, tendría que avisar a la banda que España no es Méjico y que por lo tanto no es totalmente producente que Stanley base su repertorio de gracias en intentar cantar rancheras, pues más de un tonto se lo agradeció con silbidos.
De cualquier modo en tercer lugar cayó “Let me go, Rock´n ´Roll” y entre este tema y el “Firehouse” de después, con un escenario completamente llenito de humo y un satánico Simmons escupiendo llamaradas por la boca, el pabellón al completo estaba ya en los bolsillos de la banda.
Comenzó la debacle y con los madrileños totalmente entregados a Kiss, y la banda ya mucho más suelta y cómoda, los temazos fueron cayendo uno tras otro como auténticos mazazos de Rock´n´ Roll.
En cada tema la banda nos sorprendía con truco diferente, fuese de pirotecnia, luces, o puro espectáculo con los cuatro americanos actuando como auténticos oscarizados. “Say Yeah”, “Deuce”, “Crazy Nights”, “Calling Dr. Love”, fueron desgranándose para auténtica locura de los presentes. Y con “Shock me” arriva la primera sorpresita de la noche, pues es el bueno de Tommy Thayer quien nos va a cantar el tema y mejor de lo que nos podía parecer, pues hacer coros no entró jamás en las especialidades del genial guitarrista de Oregon.
“I’m an animal”, y un par de temas que se me escaparon de las manos, pues la visita al wc, era obligada después de unas horas de espera… Llegué a tiempo del fabuloso “Love Gun” al que siguió una gran versión de “Black Diamond”. A estas alturas el pabellón se venía abajo y la banda estaba ya como en el salón de su casa. Stanley nos divirtió con toda su gama de ocurrencias y chistes, derrochando simpatía en el que ha sido el antepenúltimo concierto de esta larga gira europea…
Siguió “Beth”, que como de otro modo no podía ser cantó Eric Singer (este sí que ya sabíamos que canta bien…) que por cierto es uno de los mejores baterías que jamás he visto en directo (y creo que he visto a 150.000 más o menos…)
Ahora llega el primero de los vaciles de la noche, pues la banda comienza a tocar los acordes de “Every time I look at You” y el público piensa “bueno, otra baladita” pero son tan bonitas… que comenzamos a cantar y balancearnos…
Ay… tontorrones de nosotros… se acabaron las baladitas. Era una trampa, la canción termina a los diez segundos y se empalma directamente con “Detroit Rock City”… Qué salvajada qué animalizes que estamos ya todos a estas alturas…
Stanley se canta el “Lick it up” a capella demostrando su buen estado a todos aquellos que aseguraron que a estas alturas ya no cantaba un pimiento…
En “I was for loving you” el mismísimo Paul viaja en cuerda sobre todo el público para cantarla desde una plataforma en medio del pabellón y las chicas gritan enfervorizadas, (bueno, nosotros también, qué demonios).
Los bises se componen del “God Gave rock & roll to you”, que no se escuchaba en directo desde
su presentación en el año 92 y el infalible “Rock and Roll All Nite” con todos cantando, botando, sudando y totalmente entregados en cuerpo y alma a los satánicos portadores del beso americano desde este momento hasta el fin de los tiempos. Amén.
Kiss se trajeron todo el arsenal de medios, potencia y ganas, no se dejaron ni un solo petardo en el local, ni una sola bengala, y los que pudimos verlos hace 15 días en Alemania, os aseguramos, que allí no estuvieron ni la mitad de simpáticos ni potentes.
Si es que somos la leche…
Joan “McArra” Rosell

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